«Esencia Humana: Fotografías de los Años 50»
Una exposición deliciosa y sugerente.
Sumérgete en una época de elegancia, misterio y sentimientos contenidos.
Esta exposición reúne una cuidada selección de imágenes en blanco y negro que capturan la belleza atemporal del ser humano y la vida cotidiana de los años 50. Desde retratos íntimos hasta escenas urbanas cargadas de emoción, cada fotografía nos habla de un tiempo donde la mirada era más lenta y profunda.
Delicadeza, sugerencia y verdad en cada encuadre.
Clara Berbel, organizadora de la Exposición nos invita a una VISITA GUIADA el próximo miércoles 22 de Octubre a las 17:00 horas, un homenaje al alma humana a través de la lente de su abuelo Pedro Hernández Andueza.
Centro Cívico Zona Sur (Plaza Juan de Austria, 11) desde el 17 hasta el 31 de Octubre.

Estas imágenes costumbristas nos transportan a un tiempo en el que las tradiciones, el trabajo rural, las festividades y los momentos más íntimos de la vida cotidiana, quedaron grabados en blanco y negro, como testimonio de una época desconocedora de su futura gran transformación.
Fundamentalmente en Galicia, pero también con algún trazo castellano, cada fotografía refleja paisajes, costumbres y ritmos que definieron una generación. Pero sobre todo rostros, gestos, miradas; personas en el centro del foco. No buscaba lo grandioso, sino lo invisible: los trabajos en la calle, los mercados, las labores del campo y del mar, los juegos de los niños y las reuniones familiares. Conseguía que todo cobrara vida con una calidez y una verdad, que solo el ojo atento de alguien sensible y cercano puede capturar. Lo que se ve y lo que se intuye, lo que se sugiere y lo que se adivina. Convirtió a su cámara en testigo de una época hablando por sí misma, sin artificios. Consiguió enseñarnos la belleza de lo común convirtiendo cada imagen en un fragmento de poesía callejera. Sin ser un profesional, sus fotografías son comparables a las de los grandes fotógrafos costumbristas del siglo XX de nuestro país, como Francesc Catalá-Roca, Cristina García Rodero o Ramón Masats.
Este viaje visual no solo es una ventana al pasado, sino también un legado personal y cultural. A través de estas imágenes, la memoria de un tiempo que se desvanece, perdura, invitándonos a detenernos, a contemplar y a recordar que la belleza de lo cotidiano también es parte de nuestra historia.

PEDRO HERNÁNDEZ ANDUEZA nació en Madrid el 29 de abril de 1898 en el seno de una familia trabajadora con origen riojano por parte de padre y navarro por parte de madre.
Estudió Bachillerato en el Instituto de San Isidro de Madrid, célebre por la cantidad de personajes ilustres que pasaron por sus aulas en algún momento, tales como los escritores Antonio y Manuel Machado, Pío Baroja o Vicente Aleixandre. Coincidió entre otros con D. Carlos Jiménez Díaz, que llegó a ser uno de los médicos más prestigiosos de España y da nombre a un conocido hospital madrileño.
Cursó los estudios de Medicina en la Universidad de Madrid, licenciándose en 1920. Inicialmente ejerció la medicina en diferentes ámbitos, incluyendo unos años en el Servicio de Enfermedades infecciosas del Hospital Provincial de Madrid, a las órdenes directas de D. Gregorio Marañón, gran personaje que ha pasado a la historia de nuestro país y que también da nombre a una actual hospital madrileño. Ingresó por oposición en el Cuerpo Médico de Sanidad Nacional, siendo destinado inicialmente a Pontevedra y posteriormente como Jefe de Sanidad de Burgos y La Coruña, donde se jubiló en 1968.
Falleció en La Coruña el 26 de junio de 1975, con 77 años de edad.
Autor de numerosas publicaciones científicas y creador de diversas técnicas relacionadas con el saneamiento y la analítica clínica. Hombre polifacético y aficionado desde muy joven al ajedrez, la lectura, el arte y la escritura, encontró en la fotografía un medio para expresar su sensibilidad artística y capturar con precisión la esencia de lo cotidiano. Su cámara era para él, tanto una herramienta de documentación como de creación, un modo de observar con detenimiento los detalles que otros, quizás, dejaban pasar.
