Nada como revisar las notas de un técnico de laboratorio y las marcas con las diferentes zonas de una copia para recordar que la edición de fotografías también existe en el mundo químico y se inventó mucho antes que Photoshop.

Aunque el trabajo del copista rara vez ocupa titulares, si hablamos de Magnum y algunas de las imágenes más icónicas de las últimas décadas el nombre de Pablo Inirio merece un lugar destacado. Un vídeo publicado recientemente por la agencia permite descubrir cómo trabaja Inirio en el cuarto oscuro donde se realizan las copias en papel de algunos de los fotógrafos y fotógrafas más reconocidos del mundo.

Según él mismo explica, lleva trabajando en Magnum desde 1992 y por sus ampliadoras y cubetas de revelado han pasado las imágenes de Inge Morath, Bruce Gildem, Leonard Freed o Burt Glinn, entre muchas otras.

En realmente interesante verle trabajar, con una combinación entre técnica y experiencia -es química, pero también hay algo mágico en el revelado, cuenta él mismo- que permite un gran nivel de perfeccionismo a la hora de extraer todos los detalles de cada foto y convertirla en una copia única donde también, en cierto modo, hay una parte de su visión.

Hasta tal punto es importante este trabajo que Magnum ha puesto a la venta una serie de copias en papel de las pruebas de laboratorio con las anotaciones de Inirio sobre las zonas que necesitan más o menos tiempo de exposición a la hora de realizar la copia final.

Un proceso artesanalmente complejo en el que los sencillos «tapados» que cualquiera que haya practicado en el laboratorio habrá realizado alguna vez, se convierten aquí en todo un arte para ajustar luces y sombras de acuerdo a la mirada del autor. Y del copista.